Cosas para leer: Águilas de la Costa Berberisca de Jorge R. del Río

Una historia de aventuras piratescas con claro aire pulp, plagado de acción y con espectaculares escenas marítimas (el punto más conseguido de la narración), lamentablemente lastrado por un insuficiente desarrollo de personajes y un exceso de estos, que llegan a reduplicar funciones narrativas y complicar innecesariamente una trama principal que hubiera necesitado algo más de pulido.

La historia sigue a El Águila Negra, un renegado cristiano que capitanea la Rapaz, una nave berberisca dedicada a la piratería en torno a 1530, en las costas del mediterráneo. Capitaneando una variopinta tripulación, poblada de personajes peculiares, y en un escenario colorido y que mezcla de forma algo irregular el realismo y la fantasía. Los ecos de Sabatini (el Halcón del Mar resulta un comparación inevitable por la ambientación), Salgari (mencionar, claro, las Panteras de Argel, aunque allí los berberiscos son los villanos frente al héroe cristiano salgariano) y algo de Robert E. Howard se combinan en una historia que se lee con agrado, rápida y dinámica, en que destaca la buena mano del autor, Jorge R. del Rio, para la acción.

La aventura se ve complicada por en realidad dos tramas casi independientes, una de las cuales no termina completamente y, sospecho, traiciona la intención de iniciar una serie con esta aventura. Sin embargo, hay otros elementos que habrían resultado, creo, más efectivos dejados para futuras referencias y que aquí se explotan prematuramente. Esto multiplica los oponentes, los misterios y los eventos en una sucesión de acontecimientos sin descanso, que nos lleva finalmente a un reino perdido que, lamentablemente también queda algo desdibujado y resuelto de forma apresurada. Creo sinceramente que el libro se habría beneficiado mucho de una limpieza editorial, de una simplificación de elementos que permitieran ahondar más en algunos de ellos.

Esta falta de contención, me parece especialmente notorio en cuanto a los personajes, la multiplicación de estos, aliados y enemigos, significa que algunos no tienen apenas tiempo para lucirse, incluso se solapan en sus personalidades y funciones, y acabamos por no entender las motivaciones, planes y objetivos de varios de ellos, que parecen actuar más por necesidad de la trama que por ninguna lógica interna. Tampoco el protagonista resulta completamente perfilado, en un retrato algo paradójico, entre el héroe tradicional y el antihéroe, que no termina bien hilvanado. 

Respecto a la edición en si, bastante competente pese a algunas notorias erratas, no termino de entender la decisión estética de incluir el texto (y el logo de la editorial y el código de barras) que habitualmente iría en la contraportada en la portada y reproducir la misma ilustración en ambas tapas. Diseño raro (ya digo, personalmente no me enamora aunque tampoco me parece un elemento fundamental) que comparte con otros libros de la editorial (no con la cosa del La cosa del lago, que ya reseñé aquí) y  que contrasta con el uso interior de ilustraciones antiguas en un formato muy clásico. 

Puntación: 6/10

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